Estamos en otoño... hace frío, las chimeneas se encienden, nos abrigamos mucho y al pasar por la calle mayor el aroma de castañas asadas nos invade.
Pero hoy hemos tenido la suerte de tener la visita en la Escuelita de Mariuca, una castañera muy especial, y María, la envidiosa castañera que quería tener todas las castañas para ella sola, pero al final consiguieron hacerse amigas y trabajaron juntas siempre...
¡Ha sido un cuento precioso!
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