No se lo pensó dos veces y entró y los niños que allí estábamos no dudamos en ayudarla a encontrar su bosque y ella nos impregnó de sus mágicos polvos plateados que nos llenaron de fuerza para buscar y también nos ofreció sus frutos de otoño que traía en su cesta.
Finalmente, siguiendo el rastro del aroma a otoño llegamos a su bosque y ella muy agradecida nos invitó a entrar y jugar.
Ha sido una mañana mágica y llena de fantasía y hemos descubierto que el otoño es una estación maravillosa...¡¡Gracias Hada del otoño!!
Y mil gracias a todas las familias por traer tantas hojas y frutos , ya que sin vuestra ayuda esta actividad no se podría haber realizado.
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